jueves, 27 de octubre de 2011

2. La generaciòn del 50

La generación del cincuenta es un momento en el que la narrativa se vincula de forma muy fuerte con el tema del desarrollo urbano, la experiencia de la migración andina hacia Lima (un incremento drástico de la población a partir de finales de la década del 40). 
Muy relacionada con el cine neorrealista italiano, presenta la realidad de la urbe cambiante, la aparición de personajes marginales y problemáticos. A esta generación pertenecen Carlos Eduardo Zavaleta, Eleodoro Vargas Vicuña, Mario Vargas Llosa, entre otros.


Entre los narradores más representativos resaltan: 
Julio Ramón Ribeyro con Los gallinazos sin plumas (1955), 
Enrique Congrains con el libro de cuentos Lima, hora cero (1954) y la novela No una, sino muchas muertes (1957) y Luis Loayza.


Junto a los narradores, surge un grupo de poetas entre los que destacan Alejandro Romualdo, Washington Delgado, Carlos Germán Belli, Francisco Bendezú, Juan Gonzalo Rose, Pablo Guevara. Estos poetas comenzaron a publicar su obra a partir de fines del 40, tal es el caso de Romualdo, luego lo harían Rose, Delgado, Bendezú, Belli. Guevara.
Además, este conjunto se vinculó entre sí no sólo por las relaciones interpersonales, sino que desde el punto de vista ideológico se relacionaron por el marxismo y el existencialismo. 


Los poemas, desde una visión general, que escribieron adoptaron un tono protestatario y de compromiso social. Por ello, se reconoce al poema A otra cosa de Alejandro Romualdo en el arte poética de la generación del cincuenta. 


Esta generación reivindicó a César Vallejo como paradigma estético y asumió el pensamiento de José Carlos Mariátegui en calidad de guía intelectual.

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